Magnetismo químico: ¿cómo puede ayudarnos a comprender nuestro mundo?
El magnetismo químico es un tema que ha fascinado a la gente a lo largo de los años. Es fascinante descubrir cuánto ha revelado la ciencia sobre este pequeño fenómeno. Hay muchas teorías sobre cómo funciona, pero la verdadera razón por la que los imanes contienen imanes se debe a la interacción de cargas electrostáticas en diferentes elementos químicos. Esto explica por qué los imanes tienen una atracción particular por el hierro, el níquel y el cobalto. Cuanto más similar es el elemento al elemento que contiene el campo magnético, más fuerte es la atracción.
Ahora sabemos que la tierra está llena de moléculas, que se mantienen unidas por interacciones químicas entre el oxígeno y el dióxido de carbono, que a su vez crea una reacción química llamada oxidación. Esta reacción es responsable de quemar plantas y materia animal, produce reacciones químicas que forman calor y hace que el vapor de agua se condense en nubes. Todas estas reacciones químicas son llevadas a cabo por átomos de hidrógeno (que faltan en el proceso de formación de estrellas), que vuelan en las nubes y provocan reacciones químicas con otros átomos.
Magnetismo quimica para problemas reales
El principal problema al que se enfrentan los químicos es explicar todo esto y tratar de utilizar su teoría del magnetismo químico para resolver problemas reales. Un problema es que muchos de los métodos de investigación propuestos se basan en gran medida en la teoría, sin probar realmente ningún resultado real. Por ejemplo, muchos experimentos proponen que los polos terrestres determinan de alguna manera los campos magnéticos norte o sur de la tierra. Esto parece una gran teoría, hasta que recuerde que los imanes solo pueden tener un polo norte si están frente a un campo magnético.
Otro problema con la teoría magnética del magnetismo es que no hay forma de saber si el átomo o la molécula tiene un solo electrón o un número mixto de electrones. Un número mixto de electrones significaría que no hay un centro común, ya que los electrones tendrían que provenir de otra parte. Otro problema con esta teoría es que cuando un electrón se comparte con otro átomo, no le da energía extra a ese átomo. Por lo tanto, no hay forma de saber si un electrón se comparte o no.
Magnetismo quimica
Un mejor método para investigar el magnetismo químico sería intentar ver cómo el átomo o la molécula consumen energía. Si una molécula tiene más electrones que protones, entonces puede consumir energía en un proceso llamado oxidación. Si hay más neutrones en una molécula, consumirá energía a través de un proceso llamado fusión. Cada uno de estos procesos parece depender de uno o más electrones, por lo que la pregunta es cómo afectan los diferentes números de electrones al magnetismo químico. Una posibilidad es que la cantidad de electrones que tiene una molécula afecte la forma en que libera energía. Si esto es cierto, entonces hay una reacción química que hace que la molécula libere energía.
Otra forma de estudiar el magnetismo química es observar la forma en que los átomos y las moléculas se unen. Si un átomo o molécula en particular es particularmente débil, podría romper este vínculo y escapar sin dejar un rastro. Para probar esto, un científico podría enviar pulsos de láser a lo largo del cable y verificar dónde había estado el átomo o la molécula la próxima vez que estuvieran cerca del pulso. Si el átomo o la molécula no había estado allí, entonces el átomo o la molécula no era débil. Este es un paso importante para probar la teoría del magnetismo químico.
La última forma de probar la teoría del magnetismo químico sería observar directamente los efectos. Si el átomo o la molécula es demasiado pesado, la fuerza de atracción o repulsión entre el átomo o la molécula y el medio ambiente se reduce considerablemente. Para probar esto, los científicos podrían pesar el átomo o la molécula. Si el resultado es demasiado bajo, es posible que sea necesario ajustar la teoría.
El magnetismo quimica sigue siendo un área fascinante de la ciencia. Ha existido durante muchos años, pero su valor real para la ciencia moderna solo ha salido a la luz recientemente. Gracias a los esfuerzos de algunos científicos dedicados, ahora sabemos más sobre cómo funcionan los átomos y las moléculas. Gracias a ellos, el mundo de la ciencia tal como lo conocemos ahora se comprende mejor.