Magnetismo animal e investigación científica
El magnetismo animal, también llamado metapsicología, fue el nombre que el médico alemán Franz Mesmer aplicó a fines del siglo XVIII a lo que él pensaba que era una energía invisible, incluso espiritual, que solo poseían los animales, las plantas y los minerales. Mesmer pensó que esta energía podría transferirse a los seres humanos a través del tacto y la proximidad. Fue un concepto que despertó un gran interés en los estudios ocultistas y la ciencia ficción aplicada para explicar cómo ciertos tipos de animales podían comunicarse entre sí. Personas de toda Europa se reunieron para estudiar el trabajo de los Hipnotizadores y discutir sus hallazgos en conferencias científicas.
Hoy en día, el magnetismo animal sigue siendo un tema de interés para quienes estudian fenómenos psíquicos o paranormales. Un área que siempre ha sido fuente de interés es el efecto que pueden tener los imanes en la mente humana. Los investigadores han realizado muchos experimentos utilizando imanes para inducir una variedad de sentimientos en las personas, que van desde leves hasta extremos. De hecho, el magnetismo animal puede tener algo que ver con la intensidad de algunas formas de depresión. Aunque no hay evidencia definitiva de que exista magnetismo animal en el reino humano, la poderosa fuerza magnética que produce el magnetismo animal puede tener algún efecto en las personas.
Entonces, ¿cómo podemos determinar si existe el magnetismo animal? Los investigadores creen que el magnetismo animal es real porque han observado los efectos que tiene en los pacientes en diferentes circunstancias. Una de las pruebas más convincentes proviene de los neurólogos que afirman que el magnetismo animal puede afectar al cerebro humano. Estos investigadores creen que un paciente que sufre una forma de depresión y que se coloca cerca de una fuente magnética puede responder a la presencia de la señal magnética.
Hay muchas teorías sobre cómo sucede esto. Algunos científicos sugieren que la presencia de campos magnéticos es lo que provoca los cambios en el comportamiento humano. Otros científicos han propuesto que los cambios en el comportamiento humano también pueden deberse a la presencia de magnetismo animal. Otros creen que puede tener algo que ver con la actividad eléctrica del cerebro. Cualquiera que sea el caso, el magnetismo animal es algo que vale la pena investigar más a fondo.
Según algunos entusiastas del magnetismo animal, ciertas especies de animales son particularmente adecuadas para tener sus cuerpos rodeados de campos magnéticos. De hecho, se sabe que varios tipos de ballenas poseen un campo magnético que emana de sus vientres. También se dice que los delfines mulares y las focas grises pueden producir sus propios campos magnéticos, lo que podría explicar sus ayudas para nadar extremadamente fuertes. Estas criaturas también pueden moverse sin aparentemente ningún esfuerzo.
Hay muchas especulaciones sobre la naturaleza real del magnetismo animal. Por ejemplo, algunas personas creen que el magnetismo animal es causado por una perturbación del campo magnético de la Tierra. Otros creen que el magnetismo animal es causado por la influencia del sol en el cuerpo humano. Incluso hay quienes sugieren que el magnetismo animal es causado por la atmósfera interna de la tierra.
Es difícil determinar si el magnetismo animal realmente existe o no. Algunos científicos creen que es un mito, mientras que otros piensan que es muy real. Si desea obtener más información sobre el magnetismo animal y sus posibles causas, puede intentar buscar en Internet. Hay bastantes sitios web que han realizado experimentos sobre magnetismo animal.
Si el magnetismo animal es real, estos animales podrían proporcionar una prueba de que realmente existen algunos campos magnéticos fuera del nuestro. Esto significa que el magnetismo animal podría tener un efecto en los campos magnéticos de nuestros planetas. De ser cierto, esto significaría que la tierra es capaz de producir su propio magnetismo. Esto podría significar que los animales tienen una capacidad de autodefensa mucho mayor de lo que pensamos. Por lo tanto, explicaría por qué se comportan como lo hacen.